Tener las orejas grandes, el pelo rebelde, ser alto o bajo, flaco
o gordo… Hasta la característica más nimia puede ser motivo
de parodia entre los niños. Es necesario un libro que les demuestre
a todos que tales comportamientos son reprobables.
Especialmente a los que son señalados por los demás, el mensaje
que transmite este relato es que conviertan en positivo aquello
que para otros sea motivo de mofa. Porque las características
que nos diferencian hay que ponerlas en valor para que
nos distingan como seres especiales y únicos. Reconocer
-e incluso reivindicar- la diferencia nos hace fuertes,
aceptándonos como somos y reforzando nuestra personalidad.
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