“El tiempo no es más que una corriente por donde navegamos”. Las palabras talladas en el portón principal del Museo Cultural de La Capital destacan entre los ornamentos y figuras del edificio neoclásico. Una vieja estación de ferrocarril reconvertida para no caer en el olvido. ¿Quién te iba a decir que aquella primera vez visitando el museo ibas a acabar sumergida en el asedio a la ciudad de Troya o que ibas a ver los últimos trazos de la Gioconda de Leonardo? La primera vez fue extraña, como si fuera un sueño. En un abrir y cerrar de ojos cambiaste de cultura, de lugar y, sobre todo, de tiempo. “Los viajes en el tiempo son cosa de la ciencia ficción”. Has vivido siempre con esa premisa, hasta hoy. Descubriste lo que alberga este edificio, has probado lo misterioso que es el tiempo y has conocido sus tejemanejes.
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